23 de noviembre de 2012

Mohamed Moulud Yeslem expone sus pinturas en la Casa de Cultura de Catalla




El dia 1 de diciembre, tendrá lugar la inaguracion de la exposición de la obra del pintor saharaui Mohamed Moulud Yeslem, gracias a la Regiduria de Cultura y a nuestro compañero de asocicion  Cecilio Carceles que han puesto todo su empeño en que desde la Casa de Cultura todos los vecinos  del municipio de Catalla conozcan sus obra y su lucha desde el arte por la libertad de su pueblo 
La obra pictórica que nos presenta ya ha visitado otras salas de otros lugares, en cuyas paredes ha estado colgada, desde Santander, Almeria, Asturias, Alicante hasta Nueva York, pasando por Madrid, Valencia o Barcelona.
También ha participado en todas las convocatorias ARtifariti


Nada mejor  que recurrir a sus propias palabras para conocerlo mejor 


Sobre mi
El artista comprometido es aquel que pone sus habilidades al servicio de una causa, casi siempre noble. En el caso de M. Moulud Yeslem al servicio de la causa saharaui. Desde este punto de vista, la exposición y exhibición de su obra constituyen un capítulo de la causa general.

Nacido en Auserd, Sáhara Occidental, en 1977 cuando el territorio ya se encontraba bajo la ocupación marroquí, su familia emprendió el éxodo hacia los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia). Finalizados los estudios primarios, fue enviado a continuar su formación en Cuba, donde, tras concluir el bachillerato, cursó estudios de arquitectura en la Universidad de Oriente.

Tras diez años de ausencia regresó a los campamentos, donde junto a sus hermanos y también pintores Fadel y Fadili fundó un centro de artes plásticas adscrito a a la escuela Olof Palme.

En palabras del escritor y poeta Fernando Llorente, “los cuadros de Mohamed Moulud Yeslem añaden color al color de la dignidad de una existencia que humaniza un pedazo del desierto del Sahara, el más inhóspito. Sobre el lienzo pone al descubierto el corazón sufriente de los campamentos, con la sencillez y la ingenuidad –naïf- con las que puede verlo un niño, como si fuera el niño que se fue muchos años antes el que pinta a su regreso, ya adulto, la inocencia de una tierra que es de otros, y la inocencia de un pueblo que paga las culpas de otros”.

La ceremonia del té, las estampas nada bucólicas de camellos y cabras, los juegos de los niños, el sol abrasador del desierto, el siroco, la alegría de una reunión en torno a una taza de té, el juego de las damas, el sentido aristocrático de pertenecer al desierto, algunos bodegones … Son los motivos de una obra pictórica que denuncia la condena al exilio forzado durante más de 35 años de un pueblo varado en el desierto, en un entorno donde el día a día es un duro ejercicio de supervivencia; situación contra la que Moulud Yeslem se rebela, según sus propias palabras, con un "arma capaz de alcanzar mucho más lejos que una bala o un misil" y con un objetivo claro: “derribar el muro que separa tierra y familias en el Sáhara Occidental, duro y terrible, pero no tanto como el del silencio y la indiferencia, y poder así regresar a nuestro país en paz y en libertad”. Los retratos y las miradas de las figuras revelan el misterio, el sufrimiento contenido, la denuncia de la injusticia. Otros cuadros anuncian el viaje: los camellos en marcha, cargados, siguiendo el camino de vuelta.

Moulud firma en vertical, indicando con ello su aspiración a seguir creciendo y creando. En sus lienzos se funden líneas, círculos, rostros, color y arena, dando vida a grandes y desconocidas obras; nacidas como muchas generaciones de saharauis en el exilio, dónde se ven obligados a vivir hasta ahora. Además confiesa su admiración hacia maestros como Picasso, Leonardo Da Vinci, etc, ya que su arte servía a la sociedad como éste servirá a la humanidad.

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