Zapatero  pide "disciplina" al PSOE sobre el Sáhara
En la última reunión de la Ejecutiva Federal, exigió  al partido que evite "especulaciones" sobre lo ocurrido en El  Aaiún
PUBLICO   MIGUEL ÁNGEL MARFULL MADRID 14/11/2010 08:00 
"Hay que buscar equilibrio entre los principios y los  intereses", admite con pragmatismo un alto dirigente del PSOE para sintetizar la  respuesta del Ejecutivo y el Partido Socialista ante los sucesos registrados  esta semana en El Aaiún. El violento desmantelamiento del Campamento Dignidad en  la capital saharahui por parte de Marruecos discurrió el pasado lunes en  paralelo a la reunión que celebraba en Madrid la dirección federal  socialista.
Ese día, el presidente del Gobierno dictó las tres  consignas con las que ha encarado después la crisis del Sáhara. José Luis  Rodríguez Zapatero pidió "disciplina" al PSOE, "mesura" a la responsable de  Exteriores y "tranquilidad" a los territorios directamente concernidos por  razones de vecindad: Canarias, Ceuta y Melilla.
El líder de Melilla fue el más crítico con Marruecos  en el Consejo Territorial
"Nunca os pido disciplina, pero ante este asunto sí  la reclamo", advirtió a los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE.  Zapatero lanzó ese llamamiento en su segunda intervención sus palabras abren y  cierran después con una réplica cada encuentro de la Ejecutiva, para concluir  una reunión en la que, según coinciden varios de los presentes, ninguna voz  reclamó más contundencia en los mensajes del Ejecutivo hacia  Marruecos.
El "rigor" contra cualquier improvisación que  aconsejó la responsable de política internacional del PSOE, Elena Valenciano, en  un pormenorizado análisis de la situación, embridó a la dirección del PSOE.  Zapatero convirtió luego esta recomendación en la consigna que explica la  actitud de limitarse a "lamentar" los incidentes sin llegar a  condenarlos.
El líder socialista ordenó a su partido "disciplina  en el mensaje", señalan las fuentes consultadas por Público. Zapatero prohibió a  su partido "hacer especulaciones" hasta que no se disponga de información exacta  sobre los sucesos de El Aaiún.
Zapatero advierte contra el riesgo de que Rabat acuse  a España de injerencia
El jefe del Ejecutivo reclamó así "una misma voz" al  Gobierno y al PSOE sobre esta cuestión, autorizando a dictar criterio al  vicepresidente primero y a la ministra de Exteriores por parte del Ejecutivo y  facultando también a los números dos y tres del PSOE, José Blanco y Marcelino  Iglesias, y a la responsable socialista de relaciones internacionales. Así lo  interpretan varios asistentes a la reunión, ya que Zapatero no concretó nombres  al proscribir una reacción coral y descoordinada en relación con  Marruecos.
Para justificar estas precauciones, el líder del PSOE  apeló a la necesidad de mantener una posición de equilibrio entre Marruecos y  las autoridades saharauis para no alterar la posición de privilegio en la  interlocución de que dispone España. Dos intereses sostienen la cautela  socialista: el papel de Rabat en la lucha contra el terrorismo islamista, cuya  cooperación es muy relevante, según resalta el Ejecutivo, y su colaboración en  el control de la inmigración ilegal procedente de África.
"Ponerse en el lugar" de Rabat
Ambos fueron esgrimidos por el presidente en una  intervención en la que pidió también al PSOE ponerse "en el lugar de Marruecos"  en la resistencia de Rabat a ser "supervisado", exigencia que, según expuso,  puede ser interpretada como una "injerencia".
No alimentar inestabilidad en el vecino del sur es el  objetivo, según subrayan fuentes socialistas y del Ejecutivo. Zapatero conoce,  apunta un miembro de la Ejecutiva, "la fuerte ligazón de muchos socialistas con  la causa saharaui, pero a veces hace falta situar por encima la causa del  Estado". Leire Pajín siguió esa militancia como miembro que fue de la Asociación  de Amigos del Pueblo Saharaui. Es un ejemplo representativo entre muchos. El  líder del PSOE cree necesario superar el "discurso fácil" de la crítica a  Marruecos y así se lo ha trasladado estos días a sus  dirigentes.
Canarias, Ceuta y Melilla
Estos mismos argumentos estuvieron presentes un día  después, el martes, en la reunión del Consejo Territorial del PSOE, que agrupa a  los responsables autonómicos socialistas. Los secretarios regionales de Melilla  y Canarias fueron los únicos que introdujeron la cuestión del Sáhara en su turno  de intervención. Ambos trasladaron su "preocupación" por el posible agravamiento  de los hechos de El Aaiún, cuyo alcance oculta Rabat, una vez que se conozca  todo lo ocurrido.
El responsable melillense, Dionisio Muñoz, fue el más  vehemente, señala uno de los asistentes, y pidió "combinar prudencia y firmeza  para exigir responsabilidades" si se confirman los extremos de violencia que  denuncian fuentes saharauis.
"No podemos consentir que vuelva a ocurrir", señaló  Muñoz, arrancando su relato en la muerte de Nayem Elgarhi, el adolescente de 14  años tiroteado por la policía marroquí hace dos semanas frente al Campamento  Dignidad.
Canarias, Ceuta y Melilla mantienen relaciones de  cercanía geográfica y afectiva con Marruecos y el Sáhara. En las dos ciudades  autónomas hay militantes socialistas con raíces magrebíes. La inmigración ilegal  tiene en esos puntos una puerta de entrada.
Los sucesos de El Aaiún fueron, sin embargo,  abordados de forma muy somera en esa cita. Los responsables socialistas de estos  territorios comparten la estrategia de cautela impuesta por el Gobierno.  Zapatero les pidió "prudencia y tranquilidad" a la espera de conocer la  dimensión real de los sucesos vividos esta semana en el  Sáhara.
 
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