La oficina de la ONU para el Sáhara Occidental en Tinduf (Argelia) considera
que no hay motivos para que los empleados extranjeros que Naciones Unidas tiene
trabajando en los campamentos saharauis sean evacuados por motivos de
seguridad.
El jefe de la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso), Omar Bachir Manis, trasmitió este mensaje durante la reunión que anoche mantuvo con los cooperantes españoles que visitan los campamentos de refugiados en respuesta a la decisión del Gobierno español de repatriar a los voluntarios de Tinduf debido a una amenaza de secuestro inminente.
Manis no quiso enjuiciar la medida tomada por el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.
"Nosotros seguimos trabajando aquí", señaló el responsable de la ONU durante la sesión de trabajo con presencia de medios de comunicación celebrada en la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en el campamento de Rabuni, a unos 25 kilómetros de Tinduf, al suroeste de Argelia.
Naciones Unidas cuenta con 23 cooperantes extranjeros en los campamentos, que trabajan para la Minurso, Acnur y el Programa Mundial de Alimentos.
Según Manis, cuando el Gobierno español les comunicó a final de julio que iba a repatriar a los cooperantes, la orden que se dio al personal de la ONU fue "quedarse en casa durante tres días y evitar desplazamientos", con el fin de "dar tiempo a buscar una solución".
"Nos reunimos con los saharauis para estudiar medidas extra de seguridad. Pasados los tres días, las actividades volvieron a la normalidad", explicó.
Manis recordó que desde el atentado que hubo en Irak contra la sede de la ONU en agosto de 2003, en el que murieron 22 personas, la seguridad de la plantilla es una "prioridad alta".
El responsable de la Minurso en Tinduf reconoció que el secuestro de los cooperantes españoles Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández de Rincón y de la italiana Rossella Urru el pasado 22 de octubre supuso un "punto de inflexión" en los campamentos después de muchos años en los que "la tranquilidad fue habitual" en la zona.
Este secuestro dio pie a establecer un trabajo conjunto para reforzar la seguridad de los cooperantes y la puesta en práctica de una serie de medidas, apuntó.
"Sobre ese documento hemos trabajo juntos", dijo Manis respecto al comité de seguimiento integrado por la Minurso, las agencias de la ONU, las autoridades saharauis y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), que ahora ya no está presente en Tinduf.
Admitió que las medidas de vigilancia adoptadas obligará a que haya un mayor control de los movimientos de quienes vienen de fuera a pasar unos días alojados con las familias saharauis.
Manis, de origen sudanés, lleva dos años en Tinduf al frente de la Minurso, cuya meta es desde 1991 tratar de organizar un referéndum en el Sáhara Occidental para hacer cumplir el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.
El jefe de la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso), Omar Bachir Manis, trasmitió este mensaje durante la reunión que anoche mantuvo con los cooperantes españoles que visitan los campamentos de refugiados en respuesta a la decisión del Gobierno español de repatriar a los voluntarios de Tinduf debido a una amenaza de secuestro inminente.
Manis no quiso enjuiciar la medida tomada por el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.
"Nosotros seguimos trabajando aquí", señaló el responsable de la ONU durante la sesión de trabajo con presencia de medios de comunicación celebrada en la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en el campamento de Rabuni, a unos 25 kilómetros de Tinduf, al suroeste de Argelia.
Naciones Unidas cuenta con 23 cooperantes extranjeros en los campamentos, que trabajan para la Minurso, Acnur y el Programa Mundial de Alimentos.
Según Manis, cuando el Gobierno español les comunicó a final de julio que iba a repatriar a los cooperantes, la orden que se dio al personal de la ONU fue "quedarse en casa durante tres días y evitar desplazamientos", con el fin de "dar tiempo a buscar una solución".
"Nos reunimos con los saharauis para estudiar medidas extra de seguridad. Pasados los tres días, las actividades volvieron a la normalidad", explicó.
Manis recordó que desde el atentado que hubo en Irak contra la sede de la ONU en agosto de 2003, en el que murieron 22 personas, la seguridad de la plantilla es una "prioridad alta".
El responsable de la Minurso en Tinduf reconoció que el secuestro de los cooperantes españoles Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández de Rincón y de la italiana Rossella Urru el pasado 22 de octubre supuso un "punto de inflexión" en los campamentos después de muchos años en los que "la tranquilidad fue habitual" en la zona.
Este secuestro dio pie a establecer un trabajo conjunto para reforzar la seguridad de los cooperantes y la puesta en práctica de una serie de medidas, apuntó.
"Sobre ese documento hemos trabajo juntos", dijo Manis respecto al comité de seguimiento integrado por la Minurso, las agencias de la ONU, las autoridades saharauis y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), que ahora ya no está presente en Tinduf.
Admitió que las medidas de vigilancia adoptadas obligará a que haya un mayor control de los movimientos de quienes vienen de fuera a pasar unos días alojados con las familias saharauis.
Manis, de origen sudanés, lleva dos años en Tinduf al frente de la Minurso, cuya meta es desde 1991 tratar de organizar un referéndum en el Sáhara Occidental para hacer cumplir el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.
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