Antonio Velázquez, 10 de octubre de 2012
El 10 de octubre del 2010; (10/10/10) se levantaba la
primera jaima (tienda de tela) en medio del desierto del Sáhara Occidental. Con
ella se levantaron los sueños de miles de saharauis, que desde hace 38 años
gritan al mundo por su libertad; en éstos tiempos donde el mundo está sordo,
ciego y sin corazón, debido al poder de unos cuantos. Las y los saharauis
dejaron sus casas en las ciudades ocupadas por Marruecos para montar un campamento,
que días después, se convertiría en la manifestación pacífica más grande en la
historia del Sáhara Occidental; el campamento Gdeim Izik.
Aunque fue desmantelado violentamente por militares, casi al
mes de su inicio, con éste campamento, las y los saharauis lograron mostrar al
mundo que están unidos, que son una misma voz, que están dispuestos a seguir
luchando para conseguir su objetivo de libertad total. Gdeim Izik; significa un
antes y un después en el conflicto del Sáhara Occidental, marcó profundamente
un anhelo en común, dio una enseñanza a las nuevas generaciones y fue un
respiro de la cotidiana represión por parte del régimen marroquí.
El recuerdo de Gdeim Izik es dulce, intenso y triste a la
vez, donde la esperanza acarició los más bellos sueños, de un pueblo que
continúa a la espera y que pronto, verá crecer la semilla de la independencia. Esa
semilla; regada y cuidada con acciones pacíficas para reivindicar el simple
derecho de existir como saharaui.
Actualmente muchos de mis compañeros que estuvieron en ese
campamento, han sido privados de su libertad, para ellos y para sus familias,
mi amor, mi respeto y reconocimiento. Son presos físicos, porque su razón y sus
ideales son un motor para todas y todos los saharauis y amigos de la causa. Ellos están
libres entre nosotros, son activistas defensores de la verdad y más temprano
que tarde estarán disfrutando de un gran Gdeim Izik, en el Sáhara Occidental
libre.
No existe sentimiento que aglutine tantas sensaciones, como
lo es resistir y estar a punto de conseguir la victoria; eso fue Gdeim Izik.
Cuando hablo de resistencia saharaui, me refiero a la poesía
del desierto, a la mirada de los mayores, a la sonrisa de los niños, me refiero
también a la música activista, que llenó de colores el sacrificio de estar en
Gdeim Izik. Sacrificio; que cualquiera de las y los que estuvimos ahí
volveríamos a vivir.
Escrito por: Antonio Velázquez, mexicano, miembro del
campamento Gdeim Izik.
Para conocer la historia de Gdeim Izik, recomiendo éste
documental de 27 minutos:
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