15-09-2012 / 20:50 h EFE
Marruecos reaccionó a las reivindicaciones populares de 2011 en el marco de
la "primavera árabe", pero no existe una evolución significativa en materia de
derechos humanos, dijo hoy en Rabat el director de investigación de Human Rights
Watch (HRW) en el Norte de África, Eric Goldstein.
"Marruecos reaccionó muy rápido al permitir manifestase, en cierta medida, al
movimiento contestatario 20 de febrero y con una nueva constitución muy
interesante, pero no hay una evolución significativa en materia de derechos
humanos", explicó Goldstein a Efe.
El investigador de HRW, cuya visita de trabajo a Marruecos coincide con la
del relator especial de la ONU sobre la tortura y los malos tratos, Juan Méndez,
afirmó que a veces los manifestantes protestan sin problemas, pero en otras son
dispersados "a través de una violencia ciega, con arrestos, procesos y dudosas
acusaciones".
La "primavera árabe" llegó el año pasado a Marruecos con manifestaciones
populares en demanda de mayor democracia y justicia social, pero, salvo casos
contados de brutalidad policial, el movimiento fue básicamente pacífico.
Según Goldstein, Marruecos se beneficia de una visión positiva por parte de
Occidente por haber sabido reaccionar a las reivindicaciones populares, pero
está por ver si estas reformas se sostendrán a largo plazo y responderán a las
aspiraciones del pueblo.
La nueva Constitución aprobada en referéndum el 1 de julio de 2011 y unas
elecciones anticipadas en las que ganó por primera vez en la historia un partido
islamista, permitió a Marruecos mitigar la oleada de contestación que sacudió a
todo el mundo árabe.
Respecto a los saharauis que llevan detenidos sin juicio desde hace casi dos
años, tras los enfrentamientos que siguieron al desmantelamiento en 2010 del
campamento de Gdaim Izik, en las afueras de El Aaiún (capital del Sáhara
Occidental), Goldstein consideró un "abuso" que el proceso (previsto para el
próximo 24 de octubre) no se haya todavía celebrado.
Al menos 22 saharauis fueron detenidos la mayoría en noviembre de 2010, en
los días posteriores al desmantelamiento del campamento de Gdaim Izik, en el
conflicto más grave registrado en el Sáhara Occidental en los últimos 20 años,
que se saldó con la muerte de 13 personas, 11 de ellas policías marroquíes.
"Considero abusivo que está gente haya pasado dos años en prisión sin que el
proceso comience (...) es irracional", apuntó Goldstein, quien destacó que la
ley marroquí obliga a que la celebración de un juicio no supere los 12 meses.
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