El Senado de Chile repasa en sesión plenaria y con
caracter de urgencia, a instancias de su Primer Vicepresidente, la situación en
el Sahara Occidental motivado por el veto marroquí a la dinámica del proceso de
descolonización y por el agravamiento de la situación de los derechos humanos en
los territorios ocupados saharauis. Intervención del Primero Vicepresidente del
Senado de Chile, H.S Alejandro Navarro.
INTERVENCIÓN DEL SENADOR ALEJANDRO NAVARRO BRAIN
VICEPRESIDENTE PRIMERO DEL SENADO DE LA REPUBLICA SITUACIÓN DEL PUEBLO
SAHARAUI
Sesión 21ª, miércoles 23 de mayo de
2012
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, quisiera
referirme al caso del pueblo saharaui.
Como es sabido este pueblo, el único de origen árabe
de habla hispana, estuvo colonizado por España hasta el año 1975, año en que el
territorio saharaui fue ocupado nuevamente, esta vez por el Reino de
Marruecos.
Desde ese momento el único representante del pueblo
saharaui, el Frente Polisario, ha luchado contra la ocupación por la liberación
nacional y ha logrado el reconocimiento como “territorio no autónomo” al Sahara
Occidental, por lo que opera en Naciones Unidas la Resolución 1514, que consagra
importantes mecanismos de descolonización.
En 1976, el Frente Polisario declaró la independencia
de la República Árabe Saharaui Democrática, la que actualmente es miembro de la
Unión Africana, Estado que ha sido reconocido por más de 80 países y Estados en
el mundo.
En estos momentos el Reino de Marruecos se encuentra
en una lista negra internacional como uno de los países donde aún se practica la
tortura, la desaparición de personas, donde el colonialismo aún es defendido por
la política de Estado isla, que ni siquiera pertenece a la Unión
Africana.
Debemos decirlo: los gobiernos de la Concertación no
tuvieron los pantalones bien puestos con el tema saharaui. El 30 de noviembre de
1999 el Canciller de ese entonces, Juan Gabriel Valdés, envió una carta al
Canciller saharaui manifestándole la intención de Chile de reconocer a la RASD,
lo que por indebidas presiones del Reino de Marruecos no se ha concretado
aún.
No entiendo por qué un pueblo que ha sufrido la
invasión, tortura, desaparición de personas, colonialismo y graves vulneraciones
a los Derechos Humanos, tiene vedado en Chile el legítimo reconocimiento a su
independencia, de su soberanía, la que ha sido usurpada, no porque yo lo diga,
sino porque es una convicción del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en
más de 50 resoluciones. Cabe señalar que existe una misión especial de la ONU
para el Sahara Occidental, la MINURSO.
Este Gobierno de Derecha, que ha sido profundamente
errático en su política internacional, como prueba la conducción a puertas
cerradas y con énfasis en lo económico de nuestras relaciones con Latinoamérica,
con grave perjuicio a la causa chilena en el Tribunal de la Haya contra nuestros
hermanos de Bolivia, bien podría reconocer de una vez a este pueblo oprimido.
Digo a los saharauis.
El Presidente Francois Hollande, en Francia, como
socialista de verdad garantiza un gesto político respetuoso de los derechos
fundamentales del pueblo saharaui, contrario a lo que hizo Sarkozy, que,
mientras proclamaba los principios de la Revolución Francesa, se oponía a una
mayor fiscalización de la ONU.
Hemos dado un ejemplo, pues en la Cámara de
Diputados, se han aprobado acuerdos, como el Nº 134 de 4 de agosto de 2010, en
el que pide esa Corporación al Presidente que reconozca “definitivamente” a la
RASD, y establezca inmediatas relaciones diplomáticas con ella. Este acuerdo fue
votado favorablemente por cinco Diputados de la UDI y dos de Renovación
Nacional, lo que prueba la transversalidad de esta
causa.
Ahora, en el Congreso Nacional existe la solidaridad
de ciertos Senadores con Marruecos, situación que no critico. Lo que sí señalo
es que lo que no entienden estos Honorables colegas es que, defendiendo los
intereses de Marruecos, defienden lo mismo que se le reprocha a Pinochet:
tortura. Tenemos Senadores defendiendo elementos de esta naturaleza en Marruecos
en contra del pueblo saharaui, defendiendo la desaparición de personas, la
celebración de juicios falsos, la existencia de presos
políticos.
Al que lo dude, yo solicito que pudiera examinar el
último informe del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas, que supervigila
el cumplimiento de la Convención contra la Tortura, sobre Marruecos, de fecha 21
de diciembre de 2011, que señala: “El Comité observa con preocupación que la ley
Nº 03, del 03 de 2003, de lucha contra el terrorismo no contiene ninguna
definición precisa del terrorismo, a pesar de que lo exige el principio de
legalidad de las infracciones. El Comité está preocupado por las numerosas
denuncias de tortura y matos tratos cometidos por los agentes de policía, los
funcionarios de prisiones (...) el Comité sigue estando preocupado por las
denuncias de que Marruecos ha servido de punto de salida, de tránsito y de
destino para “traslados secretos” realizados fuera de todo marco legal. (...) El
Comité está preocupado por las denuncias recibidas sobre la situación imperante
en el Sahara Occidental, donde, al parecer, las fuerzas del orden y las fuerzas
de seguridad marroquíes someten a las personas sospechosas a detenciones y
encarcelamientos arbitrarios, a encarcelamientos en régimen de incomunicación y
en lugares secretos, a torturas y malos tratos, a la extracción de confesiones
mediante la tortura, a desapariciones forzadas y al uso excesivo de la fuerza
(...)
Inquieta particularmente al Comité no haber recibido
hasta la fecha información alguna en el sentido de que se haya condenado a
ningún responsable de un acto de tortura (...) Le preocupa constatar que la
confesión sirve de base de numerosas condenas penales, incluso en casos de
terrorismo, lo que crea condiciones que pueden favorecer la utilización de la
tortura y de los malos tratos contra el sospechoso”.
Señor Presidente, todo lo que he leído forma parte,
por cierto, del informe del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas, que
supervisa el cumplimiento de la Convención contra la Tortura. No es nada. No es
propaganda saharaui. Es un informe de un Comité contra la Tortura de las
Naciones Unidas.
En medio de este oscuro panorama, el 17 de mayo
Marruecos ha puesto fin unilateralmente a la labor de Christopher Ross, enviado
personal del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, para resolver el
conflicto del Sahara Occidental, en virtud de que este incluyo en su informe
ante el Consejo de Segundad que Marruecos “ha puesto en peligro el carácter
confidencial de las comunicaciones entre el cuartel general de la MINURSO y
Nueva York” y que “la presencia de la policía marroquí fuera del complejo
desalienta a los visitantes de acercarse a la MINURSO, en su calidad de entidad
independiente”.
Nos hace bien, Presidente, como país poder
desmarcarnos de esta grave mancha sobre nuestra política internacional castrada,
miope, que apoya con su silencio lo indecible.
¡No es posible que estemos defendiendo esto, señor
Presidente! ¡No podemos defender la acción y la actitud de Marruecos en contra
del pueblo saharaui!
Por ello, emplazo a este Gobierno, nuestro Gobierno,
a dar verdaderas señales de apertura, de pensamiento democrático, garantista y
protector de la dignidad humana, no solo en el discurso, sino en la
acción.
Este Gobierno, encabezado por el Presidente Piñera,
tiene la gran oportunidad de poder establecer relaciones con la República Árabe
Democrática Saharaui, del mismo modo que con Marruecos. No se pide nada
especial. Se pide que haya igualdad, que haya
equilibrio.
Las relaciones comerciales con Marruecos, señor
Presidente, no sobrepasan los 600 mil dólares de intercambio. No hay razón
económica, solo una razón política. Ochenta países de África reconocen a los
saharauis. Son Vicepresidente del Congreso Nacional Africano. Y la mayoría de
las naciones, señor Presidente (Venezuela, Brasil, Perú, Bolivia, Uruguay), han
reconocido a los saharauis.
Pido, por tanto, señor Presidente, se oficie al
Presidente de la República y al señor Canciller de Chile, Alfredo Moreno, para
que reconozca... Exhortamos al Presidente de la República, solicitamos al
Presidente de la República que reconozca a la RASD, que acate la voluntad de las
peticiones innumerables del Congreso de la República, tanto de la Cámara de
Diputados como del Senado, sobre el reconocimiento.
Esta solicitud la hacemos con la máxima humildad,
pero también con la máxima convicción de que estamos aportando, por cierto, a un
proceso de libertad, de fin al colonialismo, que hoy día Marruecos ejerce en
contra de la República Árabe Democrática Saharaui.
El Frente Polisario, señor Presidente, ha luchado por
la vía de las armas, y las ha depuesto y ha pactado la paz en la búsqueda de una
salida democrática.
He tenido la posibilidad de estar a lo menos en tres
ocasiones junto a Mohamed Abdelaziz, Presidente de la RASD. He participado en
sus congresos. He conocido el sufrimiento del pueblo de la República Árabe
Democrática Saharaui.
Me he encontrado con la enorme sorpresa que allí los
niños, por cierto, hablan español y conocen Chile, conocen América Latina.
Porque esas raíces hispanas los han llevado a acercarse también a América
Latina. Y la verdad es que muchos de ellos adolescentes y estudiantes
universitarios no saben ni comprenden por qué razón nuestro país aún se niega a
ese reconocimiento.
Pedimos igualdad. Solo que la RASD tenga el mismo
reconocimiento que tiene el Reino de Marruecos, porque allí hay un
rey.
Señor Presidente, estamos en deuda con la República
Árabe Democrática Saharaui, estamos en deuda con el Frente Polisario. Yo
esperaría que este Presidente pudiera saldar esa deuda, en el reconocimiento y
la apertura de una embajada de la RASD en Chile.
He dicho, señor Presidente.