Publicado el 8 noviembre, 2012 por salemsahara
Traducción: Comité de Amistad con el Pueblo Saharaui de La Plata, Argentina.
Cuando ya son las propias organizaciones “oficiales”, creadas por el régimen al que denuncian abiertamente por los abusos y tratos inhumanos existentes en las comisarías, en las cárceles “legales” o en los centros clandestinos de detención del Reino, cabe preguntarse:
a) ¿Será que el régimen de Mohamed VI está realmente empeñado en redimirse de décadas de vergüenza e iniquidad?
b) ¿O busca, simplemente, anticiparse a las condenas que van a surgir a nivel internacional con la revelación de los informes de Juan Méndez -Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura-, de la Fundación Robert Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos o del Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sahara Occidental?
Los presos sufren “tratamientos crueles, inhumanos o degradantes en la mayoría de las superpobladas prisiones de Marruecos. Esta es la triste conclusión manifestada al final de la visita de campo realizada por el Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) -organización “oficial” creada por el poder palaciego de Rabat para “lavar la cara” de décadas de violaciones a los DDHH en Marruecos; Driss El Yazami y Mohammed Sebbar fueron designados, respectivamente, Presidente del CNDH y Secretario General por el Rey Mohamed VI, el 3 de marzo de 2011- en un informe titulado “La crisis en las prisiones, una responsabilidad compartida”, presentado en Rabat el martes 30 de octubre. Muchas veces criticado por defensores de los derechos humanos, incluyendo el Observatorio Marroquí de Prisiones, esas violaciones son en esta oportunidad reconocidas por un organismo oficial, presidido por Driss El Yazami y cuyos miembros fueron designados por el rey Mohamed VI.
El CNDH, que lamenta “la falta de controles e inspecciones eficaces”, el “uso excesivo” de la prisión preventiva y de la lentitud en los procesos judiciales o, igualmente, el abuso de transferencias administrativas frecuentemente utilizadas como medida disciplinaria contra los salafistas, afirma que los tratamientos crueles “se traducen a través de golpes de porras y mangueras, suspensión en puertas con esposas, golpes en las plantas de los pies, palizas, pinchaduras con agujas, quemaduras (…), el desnudamiento forzado”. En sus recomendaciones, la organización llama al “desarrollo de un plan de acción para la erradicación de la tortura” conjunto entre “las autoridades judiciales, el Parlamento, el gobierno y la sociedad civil”.
Ausencia total de contacto con el mundo exterior
La situación de las mujeres en las cárceles es todavía peor: ellas “sufren más, por cuestiones socioculturales, los tratamientos crueles y los comportamientos degradantes –insultos, humillaciones- tanto en las comisarías como en las prisiones.
Las prisioneras que dan a luz se ven obligadas, expirado el plazo que se les da después del nacimiento de sus bebés y en ausencia o rechazo de parientes suyos para cuidar de ellos, “a abandonar a sus hijos en manos de terceros que los explotan o a empujarlos a la mendicidad o a colocarlos en orfanatos”.
La publicación del informe del CNDH surge en el momento en que 76 europeos -franceses, belgas o españoles- muchos de ellos con doble ciudadanía, presos en Marruecos, iniciaron en octubre una huelga de hambre para protestar contra los actos de tortura y los procesos injustos de los que se sientes víctimas y reclamando la falta de apoyo de sus respectivos gobiernos.
La ACAT-France (Asociación de Cristianos contra la Tortura, que apoya la iniciativa, anunció haber informado al Relator Especial de las Naciones Unidas contra la Tortura, sobre el caso de dos personas en huelga de hambre: Adil Lamtlasi –productor de cine- y Mustafá Naim –trabajador social-. Estos dos franco-marroquíes presos en la prisión de Salé, cerca de Rabat, fueron condenados por crímenes comunes. Sus testimonios son muy semejantes; denuncia ACAT en un comunicado: “varios días de tratamientos crueles en un centro secreto de detención en Temara por parte de la Dirección General de Vigilancia Territorial, firma de confesiones bajo coacción, complicidades de jueces y denuncias de torturas que quedaron en letra muerta”.
El 11 de septiembre, el CNDH ya había denunciado una declaración crítica sobre la situación en los hospitales psiquiátricos, calificándola de “arcaica e inadecuada.
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