jueves 10 de febrero de 2011
Los profesores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Marino Alduán, Lourdes Urbaneja y Sergio Ramírez, denunciaron este jueves que el 85 por ciento de los jóvenes de entre 16 y 35 años que se declaran saharauis "no tiene posibilidad de tener un empleo ni una vida autónoma", según manifestaron durante una rueda de prensa después de una visita a El Aaiún que tuvo lugar el pasado fin de semana.
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 10 (EUROPA PRESS)
"La situación es de desesperación de generaciones enteras de jóvenes preparados, porque muchos de ellos tienen cualificación personal para tener un empleo digno. Son colectivos de jóvenes sin ninguna posibilidad de tener una autonomía personal", dijo Alduán, decano de la Facultad de Formación del Profesorado de la ULPGC.
En este sentido, los tres profesores acudieron a El Aaiún del 4 al 6 de febrero para conocer de primera mano qué es lo que ocurre en realidad en la ciudad, entrevistándose asimismo con una gran cantidad de familias saharauis.
"Queremos decir lo que vimos --prosiguió-- y contar nuestra experiencia directa en el viaje. Queríamos confirmar las informaciones que distintas fuentes habían manifestado sobre la realidad de El Aaiún. Lo que vimos en esos tres días intensos fue que hay jóvenes torturados".
De esta manera, afirmó que pudieron confirmar las heridas que presentaban los saharauis que habían sido detenidos y que estuvieron en las diferentes cárceles marroquíes, destacando el caso de dos de ellos que fueron liberados la semana pasada y que estuvieron inconscientes desde el momento de su detención --cuando fue desalojado el Campamento de la Dignidad-- hasta diez días después.
Alduán aseguró que comprobaron las heridas y fracturas que presentaban muchos jóvenes en brazos y piernas, además golpes en la cabeza. "Los detenidos --añadió-- no tuvieron la atención médica que corresponde a los derechos humanos. En este momento, en El Aaiún se detiene por intentar exponer el derecho a la libertad de expresión y a la libertad de asociación; en definitiva el derecho que tiene el pueblo saharaui a que se cumplan las resoluciones de Naciones Unidas".
"90.000 SAHARAUIS SIN DERECHOS HUMANOS"
Por su parte, explicó que además de esta situación, en el Sahara Occidental hay un problema social "gravísimo", ya que entorno a 90.000 saharauis se encuentran por debajo de todos los índices de Derechos Humanos y de todos los índices de subsistencia aceptados por la comunidad internacional.
"Las viviendas en las que nos hemos reunido en condiciones de clandestinidad, porque nos ha seguido la Gendarmería marroquí con sus coches y motos, se corresponden a las viviendas que había en Canarias hace más de 70 años, por las condiciones de salubridad y habitabilidad", aclaró.
Además, indicó hay efectivos de la Minurso "absolutamente impasibles" ante lo que veían. "Cuando temíamos que podíamos ser detenidos nos dirigimos a efectivos de la Minurso --anunció-- y nos dijeron que nos dirigiéramos al Departamento de la Sección Política de las Naciones Unidad. La Minurso está allí, pero como si no estuviera, siendo cómplice de lo que ocurre".
MÁS DE 150 PRESOS POLÍTICOS EN DOS CÁRCELES
Comentó también que en la actualidad existen más de 150 presos políticos saharauis sólo en la prisión de Salé (al menos 20) y en la Cárcel Negra de El Aaiún (131), mientras aseguró que hay otros muchos jóvenes que viven en la clandestinidad para no ingresar en estas cárceles, puesto que, aseveró, son conscientes de las torturas que se llevan a cabo.
Al respecto, la profesora Lourdes Urbaneja hizo especial hincapié en las diferentes torturas y humillaciones a las que son sometidos los saharauis en estas prisiones, "similares a las de Abu Ghraib en Irak", apuntando que ellos mismos pudieron verificar las lesiones en los detenidos que habían sido liberados.
Aquí, el coordinador del Departamento de Cartografía y Expresión Gráfica en la Ingeniería de la ULPGC, Sergio Ramírez, destacó el valor de las mujeres saharauis que cuentan y denuncian las historias de sus familiares, declarando que los hombres hablan menos porque las autoridades marroquíes les amenazan con quitarles el sueldo o el trabajo, "cuando lo tienen".
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